Leemos a Luis Bruchstein en Pagina 12:
La guerra declarada entre la corporación mediática y el Gobierno cerró mucho los márgenes y las brechas por donde se había filtrado hasta ahora la mejor expresión de la diversidad informativa. La Nación dice que Cristina Kirchner no estuvo presa como ella dijo. Y el que diga lo contrario es un despreciable oficialista. Aun cuando después el diario reconoció que sí había estado detenida. Es decir que para hacer verdadero periodismo hay que coincidir contra el Gobierno aunque sea en la mentira. Y saber que la desmentida no es importante, porque lo que importa es el daño que se produjo al enemigo.
Perfil ha publicado notas donde un supuesto ex psicólogo personal de la Presidenta, al que nunca se identifica, se explaya sobre la supuesta “bipolaridad” del carácter presidencial. Todo es supuesto y nada se comprueba. La bipolaridad es una enfermedad psiquiátrica, es algo comprobable. Pero se pueden hacer artículos de tapa con estupideces de ese tipo. Y el que no está de acuerdo con esa manipulación, o se atreve a decir que eso no es serio, es una mierda oficialista. O poner un periodista y un fotógrafo a perseguir a la hija adolescente de los Kirchner para después publicar estupideces sobre los sociales de la piba. Decir que eso no es ético no es ser oficialista y no decirlo no es ser opositor, sino corporativo. Son golpes bajos.La nota completa aquí.
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