domingo, 20 de septiembre de 2009

El fin justifica los medios

Desde hace un largo tiempo que la carencia de ideas de la oposición política no constituida definidamente provoca que esta ausencia haya sido reemplazada, cooptada, tal vez casi de manera definitiva, por la lógica periodística del slogan, del título efectista, del dato gancho. Esta lógica mediática viene a desvalijar los hechos centrales, sustraer los significados reales para reemplazarlos por el repertorio conservador, del satus quo permanente, un sentido común malogrado por las apetencias que el mercado capitalista necesita para explicar el mundo. Esta lógica es muy eficaz en la trama de una sociedad atravesada por el discurso de los medios que en su “no hacer política” hacen la sustancial política diaria que confirmaría la imprescindible muerte de la política.
La actual disputa sojera-mediática fogonea a diario su discurso formativo haciendo gala de números, gráficos y porcentajes cuya finalidad es imponer una política discursiva desorientadora. La voz de los grandes medios impera, siempre con ese “peso de las cifras concretas” y corporativas, para esconder lo que en realidad está en juego en la política nacional para seguir despolitizando la política.
El diario La Nación publicó el martes 8 en su edición impresa una nota de José Crettaz titulada “Cerraron 60.000 explotaciones agropecuarias desde 2002”, e indica que este dato surge de la publicación de los primeros datos del Censo Nacional Agropecuario 2008, dados a conocer por Instituto Nacional de Estadísticas y Censos el 28 de agosto pasado, donde se anticipan algunos resultados disponibles.
Los datos que surgen del informe sobre el CNA 2008 y su respectivo informe de prensa destacan que al 24 de agosto pasado se obtuvieron respuestas de 273.590 Explotaciones Agropecuarias, en tanto que en 30.100 explotaciones los productores se han declarado ausentes o han rechazado explícitamente responder el cuestionario censal. Asimismo, a esa fecha restaban censar 7.412 explotaciones, información que no fue tomada del informe. De esta información surge claramente que se han identificado efectivamente la existencia de 311.012 explotaciones agropecuarias, lo que representa una disminución de solo el 6,75% respecto de las detectadas en el censo de 2002, y no del 18% como aduce el autor de la nota. El informe del INDEC también destaca que se encuentran abiertos 1594 segmentos –el 25% del total- por lo que dicha información aún no ha sido volcada a los informes. De la misma forma, aún restan recorrer 249 segmentos censales - de los cuales 156 corresponden a la provincia de Corrientes y 76 a la provincia de Buenos Aires-, por lo que en caso de ser efectivamente censados podrían agregarse otras 14 mil explotaciones.
Por lo expuesto hasta aquí, induce a pensar que el autor de la columna mencionada y la dirección editorial ponen en evidencia la dificultad en comprender datos de la realidad, o tal vez simplemente se trate –una vez más- de desgastar, desvalorizar, deslegitimar, sin dar cuenta de sus emisiones y sin que nadie le pida cuentas políticas de sus responsabilidades e intereses en los marcos del conflicto.
La misma dirigencia agropecuaria que hace poco más de un año aconsejaba a sus asociados no atender a los censistas –poco más del 10% del total se declararon ausentes o rechazaron contestar- es la que hoy reclama transparencia en los informes del Censo Agropecuario. Toda una contradicción que podría resolverse si los dirigentes de la Mesa de Enlace aconsejaran a sus asociados responder al Censo -y mostraran ellos mismos que efectivamente respondieron- para dar así respuesta a los interrogantes que dicen el Estado les escamotea.

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