miércoles, 11 de junio de 2008

Curiosidades de la inflación cuyana

A partir de un post en otro blog (del amigo Elemaco), y como hace un tiempo escribí una columna sobre ese tema, mejor dicho, tomando los casos más curiosos, por números y por las razones que sustentaron los números. Transcribo la columna a continuación.

Siempre surgen curiosidades al repasar algunos datos. Mendoza y San Luis son las jurisdicciones donde se registraron, de las siete en las que se relevan datos para el IPC Nacional, las mayores subas de precios. De acuerdo con los datos del INDEC, la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de San Luis entre los meses de diciembre de 2005 a abril de 2007 –es decir 17 meses- fue de 14%; en cambio dicha variación para el período comprendido entre los meses de mayo a octubre de 2007 –o sea 6 meses- fue de 14,9%; en este último caso, el aumento en San Luis triplicó al promedio –excluyendo a Mendoza- de las otras 5 jurisdicciones del interior que reportan sus cifras. Si observamos los datos de Mendoza, nos encontraremos con una situación similar. Entre diciembre de 2005 y abril de 2007 -17 meses-, la variación fue de 17,5% y, entre febrero y octubre de 2007 –es decir, 9 meses- fue de 15,3%; en el último período mencionado, el aumento casi duplicó al promedio registrado –excluyendo a San Luis- en las restantes provincias. Así, se destaca una gran disparidad en la evolución de los precios al consumidor entre cinco de las jurisdicciones relevadas y las estadísticas oficiales de las provincias de Mendoza y de San Luis. Como resultado, mientras que en San Luis el aumento para todo 2007 supera el 20% -en Mendoza es del 16%-, en la Ciudad de Buenos Aires resulta inferior al 8%, o en Catamarca es menor al 10%.
Versiones interesadas indicaron que no sólo se cambiaron los datos de Mendoza, sino de otras jurisdicciones, lo que habría permitido alinear la inflación provincial con el IPC del área metropolitana. Más aún, los “críticos mediáticos” de la estadística oficial afirman sin pudor que la inflación de Mendoza y de San Luis durante los períodos mencionados era la “real”, en tanto éstas mediciones provinciales habían logrado escapar al “largo brazo” del Gobierno de Néstor Kirchner. Una afirmación ardua de sostener, si se toma en cuenta que en el último trimestre de 2007, el aumento del mencionado índice puntano fue de 0,57%, un tercio del registrado en el Gran Buenos Aires. ¿El gobernador de San Luis se hizo oficialista? No lo parece. Una mirada maniquea podría suponer que el período electoral metió la cola. Nadie podrá afirmarlo con toda seguridad, pero la duda -con los números en la mano- difícilmente podrá disiparse. Tomemos en cuenta que a fines de 2006, una publicidad muy repetida en la televisión nos informaba que en la provincia administrada por los Rodriguez Saá se registraba la menor inflación del país, pero sólo tres meses después, según sus propios registros, la situación cambió abruptamente. El Director Provincial de Estadísticas y Censos defendía el crecimiento del índice afirmando que en San Luis “medimos el precio que el consumidor paga, en cambio el INDEC calcula sobre los precios que le informan los empresarios”. Un conocedor de la política de la provincia diría: “puro cálculo político de los Rodríguez Saá”.
¿Y en Mendoza que pasó? Para algunos especialistas, la respuesta no se encuentra en Mendoza, sino en el IPC-GBA que, por las supuestas modificaciones introducidas en el índice, “mide mal”. La ex-directora de Estadística e Investigaciones Económicas de esa provincia, Patricia Jiménez, agregaba: “supongo que en Buenos Aires los acuerdos de precios harán que allá los precios estén más contenidos. Pero acá, a esta altura, ya casi no quedan precios acordados". Y señaló otros posibles factores, como el aumento del boleto de transporte urbano, de $ 0,90 a $ 1,10, y las cinco nevadas que encarecieron las frutas y verduras. Las disputas locales, en sordina, podrían haber “condimentado” la canasta local ante una reñida elección mendocina. Una vez definidos los ganadores y perdedores de las elecciones, las cifras volvieron a su curso habitual.
Con mucho de manipulación política y mediática de por medio, el coro de supuestos progresistas y el aporte de la tecnocracia económica al servicio del establishment económico local, han sometido al INDEC a una ruidosa y espectacular parafernalia comunicacional para condenar su labor, situación esperable, más no deseable, en tiempos electorales. Superada la etapa comicial, la legión de economistas opositores al modelo insufla nuevas dudas. Ahora, debajo de varias de estas opiniones fundadas en mediciones privadas -muy poco transparentes y que se basan en versátiles canastas, algunas muy “caseras”- que muy lejos se encuentran del fenómeno que dicen medir, subyace una simple intención: mostrar que estamos en el comienzo de una espiral inflacionaria, buscando así justificar disparatados reclamos. En definitiva, se trata de “embarrar la cancha”. Desautorizando el IPC que mide el INDEC, lo que se genera es incertidumbre, “sensaciones térmicas” mal medidas, en suma, desacreditar el amplio abanico de indicadores positivos para la gestión gubernamental. Y genera un buen negocio para las consultoras privadas y para las distintas expresiones del poder neoliberal nativo. Nada más.

3 comentarios:

Luciano Cohan (Elemaco) dijo...

¡¡Interesante!! Sobre todo porque coincide bastante con la conclusion que apareciera en un post de otro blog (ponga la cita completa!! cheee!!)

"En toda Federación, las fluctuaciones en la estructura de poder se reflejan en la evolución dispar de las estadísticas."

Yaya dijo...

Don ele, no vi ese post de otro blog (me lo perdí), ¿me lo pasa?

Yaya dijo...

Perdón Don ele, tarde pero me di cuenta, debí haber puesto su post. Ahora lo arreglo.